¿Se puede rehabilitar una lesión de espalda con la natación?

La natación es uno de los deportes más completos y beneficiosos para la salud. No solo mejora el sistema cardiovascular, respiratorio y muscular, sino que también ayuda a prevenir y recuperar lesiones, especialmente las de espalda. En este artículo te explicaremos por qué la natación es una excelente opción para rehabilitar una lesión de espalda y cómo hacerlo de forma segura y efectiva.

¿Por qué la natación es buena para las lesiones de espalda?

La espalda es una zona muy sensible que puede sufrir lesiones por diversos motivos, como malas posturas, sobreesfuerzos, estrés o traumatismos. Estas lesiones pueden afectar a los músculos, los ligamentos, los discos intervertebrales o las vértebras, causando dolor, inflamación y limitación del movimiento.

La natación tiene varias ventajas para tratar las lesiones de espalda:

  • Es un deporte de bajo impacto, que no somete a la columna vertebral a presiones ni golpes que puedan agravar la lesión.
  • Es un deporte que implica un estiramiento global del cuerpo, lo que favorece la flexibilidad y la movilidad articular de la espalda.
  • Es un deporte que proporciona resistencia al movimiento, lo que fortalece los músculos que sostienen la columna vertebral y mejora su estabilidad.
  • Es un deporte que relaja la musculatura y reduce el estrés, lo que contribuye a aliviar el dolor y la inflamación.

¿Cómo nadar para rehabilitar una lesión de espalda?

No todas las formas de nadar son igual de adecuadas para las lesiones de espalda. Algunos aspectos a tener en cuenta son:

  • Elegir el estilo más apropiado según el tipo y la gravedad de la lesión. Por ejemplo, el estilo crol o libre suele ser el más recomendado por su simetría y fluidez, mientras que el estilo mariposa o braza puede ser más perjudicial por su mayor exigencia y torsión de la columna. El estilo espalda también puede ser beneficioso si se realiza correctamente, ya que permite mantener la columna alineada y apoyada en el agua.
  • Adaptar la intensidad y la duración de la sesión según el nivel de condición física y el grado de recuperación. Se debe empezar con sesiones cortas y suaves e ir aumentando progresivamente el ritmo y el tiempo. También se debe evitar forzar los movimientos o realizar giros bruscos que puedan lesionar más la espalda.
  • Complementar la natación con ejercicios específicos para la espalda dentro o fuera del agua. Estos ejercicios pueden incluir movilizaciones articulares, estiramientos musculares o ejercicios de fuerza y estabilidad. Se deben realizar bajo la supervisión de un profesional que indique cómo hacerlos correctamente y sin riesgos.
  • Consultar con un médico o un fisioterapeuta antes de empezar a nadar para rehabilitar una lesión de espalda. Estos profesionales podrán evaluar el estado de la lesión, indicar el tratamiento más adecuado y dar consejos sobre cómo nadar de forma segura y efectiva.

La natación es una actividad muy beneficiosa para las lesiones de espalda, siempre que se realice con precaución y siguiendo las indicaciones médicas. La natación puede ayudar a aliviar el dolor, mejorar la movilidad y fortalecer los músculos de la espalda, lo que favorece la recuperación y previene las recaídas.

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