Respirar en aguas abiertas vs respirar en la piscina

La respiración es uno de los aspectos más importantes de la natación, tanto en aguas abiertas como en la piscina. Sin embargo, existen algunas diferencias entre ambos escenarios que debes conocer y tener en cuenta si quieres mejorar tu rendimiento y disfrutar de tu deporte favorito.

En primer lugar, la respiración en aguas abiertas suele ser más difícil que en la piscina, debido a varios factores como el oleaje, el viento, la corriente, la temperatura, la visibilidad y la presencia de otros nadadores. Estos elementos pueden generar estrés, ansiedad y fatiga, lo que afecta a tu capacidad de oxigenar tu cuerpo correctamente.

Por eso, es fundamental que practiques tu técnica de respiración en aguas abiertas antes de participar en una competición o un reto personal. Algunos consejos que te pueden ayudar son:

  • Respira por el lado contrario al que viene el oleaje o el viento, para evitar tragar agua o perder el ritmo.
  • Respira cada dos o tres brazadas, alternando los lados, para mantener un equilibrio y una orientación adecuados.
  • Respira de forma profunda y relajada, sin forzar ni retener el aire, para optimizar el intercambio de gases y evitar la hiperventilación.
  • Respira con la boca y exhala por la nariz, para evitar que el agua entre en tus vías respiratorias y te provoque molestias o infecciones.
  • Respira mirando hacia adelante o hacia arriba, para tener una mejor visión del recorrido y de los obstáculos.

En segundo lugar, la respiración en la piscina suele ser más fácil que en aguas abiertas, ya que las condiciones son más controladas y predecibles. Sin embargo, esto no significa que puedas descuidar tu técnica de respiración en la piscina, ya que también influye en tu rendimiento y en tu salud.

Algunos consejos que te pueden ayudar son:

  • Respira cada tres o cuatro brazadas, según tu nivel y tu ritmo, para mantener una buena frecuencia cardíaca y una buena coordinación.
  • Respira por el lado que te resulte más cómodo o alterna los lados, para evitar sobrecargar un solo hombro o cuello.
  • Respira de forma suave y continua, sin hacer pausas ni aceleraciones, para mantener un flujo constante de aire y evitar el ahogo.
  • Respira con la boca y exhala por la boca o la nariz, según tu preferencia, para regular la presión en tus oídos y evitar los mareos.
  • Respira mirando hacia abajo o hacia el fondo, para mantener una buena postura y una buena hidrodinámica.

Como ves, la respiración es un aspecto clave de la natación, tanto en aguas abiertas como en la piscina. Por eso, te invitamos a que te inscribas en nuestra escuela de natación Aquara, donde te enseñaremos a respirar correctamente y a mejorar tu técnica y tu condición física. ¡No esperes más y contáctanos hoy mismo!

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