Hoy vamos a hablar de la flotabilidad, factor que hay que tener muy en cuenta ya que va a influir de manera directa en el rendimiento a la hora de nadar. Pero, ¿qué es exactamente la flotabilidad?
La flotabilidad es la capacidad de un cuerpo de flotar. Este concepto está relacionado con la densidad de los cuerpos. Por lo tanto, si la densidad del cuerpo es mayor que la del agua, éste se hunde. Pero por el contrario, si la densidad del cuerpo es menor que la del agua, el cuerpo flota.
Para flotar, el agua debe de realizar una fuerza de empuje hacia arriba más elevada que la fuerza que ejerce el peso del propio cuerpo.
Esto se debe al principio de Arquímedes, el cual dice textualmente:
“un cuerpo total o parcialmente sumergido en un fluido en reposo, experimenta un empuje vertical y hacia arriba igual al peso de la masa del volumen del fluido que desaloja”.
Por lo tanto, siguiendo este principio, diríamos que la fuerza de empuje depende del volumen de agua que desalojamos con el cuerpo.
Entonces, cuanto menor peso y mayor volumen tengamos, más flotabilidad tendremos; o lo que es lo mismo, a menor densidad, mayor flotabilidad.
La musculatura y la estructura ósea, presentan un alta densidad. Sin embargo, la grasa tiene una densidad muy baja. Como conclusión, los nadadores musculados y de hueso ancho presentan una flotabilidad mucho menor que los nadadores que tienen mayor nivel de grasa.
Después de todo esto, sacamos en claro de que la flotabilidad es un gran factor a tener en cuenta a la hora de nadar.
Cuanta más flotabilidad se tenga, mucho más aumenta el rendimiento nadando. Para comprobarlo, podemos probar a nada con un neopreno (el cual nos va a dar bastante flotabilidad) y veremos como nadamos más rápido y nos cansamos menos (a no ser que ya se tenga un gran nivel de flotabilidad, que en este caso no notaríamos apenas la diferencia).
Pero, ¿cómo podemos probar nuestra flotabilidad?
Existen varios test para medirla. Se puede medir tanto la flotabilidad activa mientras estamos en movimiento (influye mucho el equilibrio y la posición del cuerpo a la hora de realizar este test) como la flotabilidad pasiva o estática. Ésta es mucho más exacta.
El test más rápido y fácil de realizar es poniéndose en forma de medusa y observando cómo reacciona nuestro cuerpo.
La posición de medusa consiste en llenar los pulmones de aire, ponerse boca abajo dentro de la piscina , encoger las piernas y rodearlas con los brazos. Una vez colocados, quedarse quieto y el cuerpo puede reaccionar de cuatro formas:
- Piedra: Nos vamos al fondo de la piscina. Para mejorar el rendimiento nadando, deberíamos trabajar para mejorar la flotabilidad lo máximo posible.
- Tortuga: En lugar irnos al fondo de la piscina, nos quedamos en la superficie pero la espalda no sale del agua. Hay que trabajar la flotabilidad, pero no es preocupante.
- Madera: En este caso, una parte de la espalda se queda fuera del agua pero no sale al completo. En este caso, sería conveniente trabajar la flotabilidad, pero no influiría tanto en el rendimiento a la hora de nadar.
- Boya: Nos quedamos flotando y la espalda queda totalmente fuera del agua. En este caso tenemos una flotabilidad muy buena, por lo que se notará en nuestro rendimiento a la hora de nadar.
En el caso de estar en una de las tres primeras situaciones anteriores, sería conveniente trabajar la flotabilidad.
Existen varios métodos para hacerlo, pero hoy nos vamos a centrar en el método OET (Optimal Endurance Training, o en español, Método de Entrenamiento de Resistencia Óptima).
Éste método se centra en mejorar el rendimiento teniendo muy en cuenta la técnica (sin dejar de lado la forma física). Realizando este tipo de entrenamientos, perseguimos fomentar la mecánica del movimiento y no gastar fuerzas innecesarias mientras nadamos.
Se basa en métodos de entrenamiento avanzados personalizados, empleando una alta tecnología en los que se corrigen los errores de técnica y se enseña cómo hacer todos los movimientos de la manera más hidrodinámica posible para así ahorrar energía. Se estudian los puntos fuertes y los puntos débiles de cada nadador para así poder potenciarlos y poder mejorarlos, respectivamente.
Algunas de las técnicas de entrenamiento del método OET aplicables para mejorar el rendimiento en la natación son:
Lactate Training
Realizando tests de lactato periódicamente, observaremos el ritmo ideal de entrenamiento para cada distancia (100 m, 200 m, 500, 1.000 m,…) ajustando así el ritmo de entrenamiento a la perfección.
Stroke Training
Esta técnica se centra en aprender a alargar la brazada y a deslizarse en el agua de forma más efectiva. Se basa en la realización de un programa de ejercicios adaptados a cada nadador con el fin de aumentar la velocidad de nado.
HR Monitoring
Con este se controla el pulso del nadador en cada entrenamiento, estudiando la frecuencia cardíaca para saber si se realiza el entrenamiento correctamente observándose los índices de eficiencia y fatiga según los resultados de este estudio.
HRV Monitoring
Se centra en controlar la variabilidad de la frecuencia cardíaca. Se debe de observar el sistema nerviosos simpático y parasimpático, los cuales muestran la fatiga a lo largo de la actividad realizada.
Fuente: natacioncs.com